Una compleja mezcla de usuarios de la red vial - Estambul, Turquía
Las Operaciones de la Red Vial (RNO) comprenden todas las actividades de supervisión,gestión del tránsito y de apoyo a los usuarios de las carreteras para permitir, mejorar o facilitar el uso de una red vial existente, independientemente de sus condiciones de uso.
Una definición formal sería "mantener las condiciones óptimas en la red vial, en relación con la oferta de espacio vial y la demanda de los usuarios".
La oferta se basa en la disponibilidad del espacio vial en un momento dado y su distribución entre los diferentes grupos de usuarios de la carretera, lo que será un reflejo de la función de la carretera y su posición en la jerarquía vial (carreteras locales de uso múltiple, carreteras principales y carreteras estratégicas de importancia regional o nacional).
La demanda del usuario refleja las necesidades de los diferentes clientes e interesados directos que son usuarios de la carretera y sus objetivos operacionales.
Las operaciones de las redes viales también tienen que ver con el cumplimiento de los servicios al usuario y servir a los objetivos de la sociedad, con el fin de tener usuarios de las carreteras más seguros y mejor informados. Viajeros de todo tipo,utilizan las redes viales al igual que los transportistas de carga, despachantes y transportistas de mercancías, comerciantes u operadores del transporte público. Todos ellos quieren y esperan información confiable,para ayudarles a tomar decisiones bien informadas acerca de sus planes de viaje.
El alcance de la RNO, por lo tanto, incluye a todas las actividades que satisfacen directamente a las necesidades de los usuarios de la carretera, de los individuos y de las organizaciones que hacen uso de la red.
En muchas regiones el creciente desequilibrio entre la oferta y la demanda de espacio vial ha incrementado la presion sobre las autoridades de trafico. Hay un aumento de las expectativas acerca de lo que las autoridades y la operación de las redes viales (RNO) deberían lograr. Los incidentes de tránsito y la congestión en una localidad pueden impactar rápidamente en usuarios en otros lugares de la carretera, siendo necesario un enfoque integrado de una área amplia. Cada vez más se requiere la operación de las redes de carreteras las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
En la operaciones de las redes de carreteras se pueden identificar cinco principales áreas de actividad:
Cada una de estas áreas de actividad tiene aspectos que son importantes para la búsqueda de un mejor nivel de servicio para el usuario, pero ninguno de ellos tiene una real prioridad sobre los otros.
1. El Monitoreo de la Red es necesario para la preparación de una adecuada operación, mantenimiento y de los presupuestos de renovación de capital, para establecer políticas y procedimientos, y, en general, para la planificación estratégica de la red. El operador de la carretera o la autoridad responsable debe tener acceso continuo a información cuantitativa y cualitativa sobre el tránsito y la carretera. Un beneficio adicional es proveer a los usuarios información y asesoramiento sobre rutas alternativas mediante la realización de análisis de expertos sobre los volúmenes de tránsito, distribución y fluctuaciones. Los Sistemas de Transporte Inteligente (ITS) proporcionan la base para el monitoreo del tránsito y los datos del estado de la red casi en tiempo real. Cada vez más los datos diarios sobre las condiciones del tránsito se recolectan a través del contacto directo de los viajeros y a partir de los datos desde teléfonos móviles (Ver Actividades de Monitoreo).
2. Las Operaciones de la Red son necesarias para gestionar y mantener la red de carreteras lo más eficazmente posible y poner en práctica medidas operacionales adecuadas. Las actividades incluyen la respuesta ante emergencias, servicios relacionados con el clima, intervenciones planificadas y ejecución automática de penalización, todo imprescindible para mitigar y reducir la frecuencia de las situaciones de crisis. Los ITS ayudan en el mantenimiento de la viabilidad de la red de carreteras proporcionando a los usuarios una información confiable y en tiempo real sobre eventos impredecibles o pronosticados. La información confiable ayuda a asegurar el cumplimiento del usuario de las medidas de control necesarias en el caso de eventos tales como condiciones meteorológicas adversas, desastres naturales, grandes acontecimientos deportivos y culturales y evacuación en caso de emergencias (Ver Actividades operación).
3. El control del tránsito tiene como función minimizar las congestiones y la interrupción a los usuarios, por ejemplo, mediante la distribución de todos los trabajos de carreteras planificados a lo largo de un razonable período de tiempo y espacio. Ésto se hace a través de la recolección de información, análisis, elaboración de planes de gestión del tránsito y su posterior aplicación y comunicación al usuario. El riesgo de bloqueo puede ser minimizado mediante el control computarizado de las señales de tránsito y una activa gestión del tránsito. La acción coordinada de diversas autoridades y servicios puede reducir el impacto de eventos que, de otra forma, producirían interrupciones (Ver Gestión del Tránsito).
4. La gestión de la demanda puede crear condiciones que darán lugar la reducción beneficiosa de los niveles de tránsito de varias maneras, por ejemplo, aconsejando la utilización de períodos alternativos de viaje, modos de viaje y rutas, en respuesta a una disminución prevista en los niveles de servicio de la red de carreteras. Los esfuerzos para alentar a los usuarios a modificar el horario de su desplazamiento y, de esa forma, distribuir el tránsito a través del tiempo a menudo puede aliviar las congestiones. Las tecnologias de peaje también se utilizan como un medio para influir en los picos de demanda a tráves de la tarificación vial o el cargo de congestión. La tarifa puede ser aumentada en forma automática durante las horas punta de tránsito y disminuidas durante los periodos de menor tránsito, así como promover el uso del transporte público durante las horas punta. Las mismas tecnologías pueden utilizarse para el pago de estacionamiento y el control de acceso (Ver Gestión de la Demanda).
5. Los servicios al viajero y usuarios de las carreteras también pueden aumentar la eficiencia de la red de carreteras al habilitar el intercambio de información entre las organizaciones, la que luego se difunde a los usuarios de la carretera. Resulta clave para actividades, tales como el mantenimiento invernal, asegurar que el sistema funcione de manera efectiva mediante la identificación de los puntos de bloqueo y organizar o reorganizar el sistema; la reducción del tiempo necesario para restablecer las condiciones normales del tránsito, de forma de minimizar los transtornos a la economía local y mejorar la seguridad, así como la reorientación de cierto tipo de tránsito, tal como la eliminación de los vehículos pesados (HGVs) de las áreas problemáticas. La información anticipada a los usuarios también proporciona comodidad a los viajeros que necesitan sentirse confiados y seguros en sus viajes. Las aplicaciones típicas incluyen la confirmación de la ruta, la estimación de tiempos de viaje, la señalización clara de las direcciones y el aviso de la proximidad de intercambiadores y conexiones. Este tipo de información habitualmente se entrega en el vehículo a través de sistemas de navegación satelital (Ver Sistemas de Información al Viajero).
Las operaciones de la red de carreteras benefician a todos los usuarios de la carretera y al público en general. Los beneficios incluyen una mejora de la seguridad, la reducción de los impactos adversos sobre el medio ambiente debido a la reducción de las congestiones, una mejora de la movilidad y la eficiencia energética, así como una mayor productividad económica por la reducción de los tiempos de viaje (Ver Beneficios de ITS).
Las operaciones de las redes de carreteras representan un enfoque estratégico a fin de maximizar la eficiencia de la infraestructura vial existente y futura. A nivel táctico, esta estrategia se traduce en una mejora de las operaciones con el objetivo de reducir los retrasos en el tránsito y una operación diaria más eficiente. A nivel estratégico, significa la integración inicial del concepto de operaciones en el desarrollo de todos los proyectos de infraestructura vial, comenzando con los procesos de planificación y diseño y garantizando recursos suficientes, tanto fiscales como de personal.
El operador de la red de carreteras tiene que considerar los métodos, las estructuras organizativas y los recursos necesarios para apoyar las estrategias de operaciones de la red, su mantenimiento y la respuesta a incidentes.
Congestión: el alivio de las congestiones se logra mediante la optimización de la gestión de las señales de tránsito, la detección y gestión de incidentes en la red de carreteras, los sistemas de control de acceso, los carriles para vehículos con múltiples pasajeros o de alta ocupación (HOV), la información de tiempos de viaje y la gestión de la velocidad (Ver Control de la Red).
Seguridad: la mejora de la seguridad requiere medidas tales como el control adaptativo de velocidad, la prevencion y detección de colisiones; mejores sistemas de seguridad de los vehículos e información de las condiciones climáticas y del estado de la carretera (Ver Seguridad Vial).
Protección del usuario: el mantenimiento de la seguridad se realiza a través de la señalización y prioridad de las rutas de evacuación, de iniciativas de seguridad nacional como las desplegadas en los EE.UU., del monitoreo de las cargas peligrosas y la asistencia a los usuarios vulnerables de la carretera (Ver Protección de la Red y Respuesta ante Emeregencias).
Protección del medio ambiente: asegurar el monitoreo y la protección del medio ambiente requiere la reducción de las congestiones de tránsito, la creación de zonas de baja emisión y la promoción de alternativas de transporte público (Ver Gestión de la Demanda del Transporte).
Apoyo a las empresas y el comercio: el aumento de la productividad y la eficiencia operativa se puede lograr mediante la gestión de flotas, despacho asistido por ordenador; localización automática de vehículos, seguimiento automático de las cargas, pre-despacho electrónico, verificación del estado del vehículo y la vigilancia del conductor (Ver Transporte Comercial y de Mercancías).
Servicios a los usuarios de carreteras: el incentivo para aplicaciones tales como la confirmación de la ruta, la estimación de tiempos de viaje y la advertencia clara de la proximidad de intercambiadores y conexiones es proporcionar comodidad a los usuarios del sistema de transporte, que necesitan para sentirse confiados y seguros. Los Servicios ITS relevantes incluyen: información del tránsito y del transporte público en tiempo real, guiado dinámico, localización automática de vehículos (AVL), sistemas de pago con tarjeta inteligente para el peaje de las autopistas y para el transporte público (Ver Servicios al Viajero ).
Las operaciones de las redes de carreteras generalmente están divididas entre varios organismos que son responsables de diferentes partes de la jerarquía vial: las redes urbanas son propiedad y están operadas por los ayuntamientos, las redes que rodean las ciudades por los ayuntamientos u organismos regionales y las redes de autopistas por parte de organismos regionales, empresas del estado o concesionarios privados.
El desafío para los administradores del sistema de transporte del sector público es significativo. Su enfoque en la operación de un complejo sistema requiere que se sitúe al usuario/cliente del camino en el punto focal. Este enfoque revela muchas limitaciones y problemas en relación con la necesidad de una evaluación constante del rendimiento y así desarrollar herramientas e indicadores adecuados y precisos para evaluar el desempeño. El desarrollo de la tecnología es cada vez más rápido, por lo que resulta esencial una constante evaluación de los últimos medios de recolección de datos y de las herramientas para su difusión (Ver Medición del Desempeño). Los administradores de redes de carreteras necesitan, además, desarrollar estructuras organizativas apropiadas, enfoques presupuestarios y procedimientos operativos adecuados a la complejidad de la red que controlan (Ver Planificación Estratégica, Financiación y Contratos y Actividades operación).
El principal objetivo en el que probablemente se centre la estructura organizacional para la operación integrada de una red de carreteras que comprende una amplia zona, es el desarrollo de operaciones coordinadas entre los diferentes operadores de carreteras y el transporte.
La planificación puede llevarse a cabo en dos etapas:
Etapa 1. Implica realizar un análisis detallado de la carga de tránsito en la red y el nivel actual de operaciones a fin de identificar problemas y definir las estrategias de respuesta. Su objetivo es desarrollar los objetivos y requerimientos operacionales de funcionamiento para las cinco áreas principales de actividad RNO.
El análisis tendrá que observar los patrones actuales de operación, el volumen de tránsito, análisis de accidentes y otros factores relevantes de la situación local.
Es necesario respaldar el estudio del actual modelo organizativo con una investigación de los problemas encontrados (cantidad, magnitud y frecuencia de incidentes). Basados en los resultados, pueden ser definidas las principales exigencias de las políticas de operación.
Etapa 2. En respuesta a los problemas identificados se formulará un programa de operaciones. La finalidad será la de organizar y desarrollar la capacidad de organización en las áreas de seguridad y operación de la carretera, con el fin de mejorar las capacidades del organismo y proporcionar niveles de servicio consistentes a los usuarios.
Las estrategias a implementar necesitan ser afinadas, la asignación de funciones y responsabilidades deben ser acordadas entre los diferentes actores y especificada la estructura organizativa necesaria. Si se va a crear un departamento dedicado a las operación de la red de carreteras, el plan debe especificar los recursos humanos y financieros necesarios.
Dentro de la organización, las áreas con responsabilidad directa en las operación de la red deben ser identificadas en forma conjunta y se les deben asignar tareas, con el fin de:
También deben ser incluidas, como parte de cualquier iniciativa estratégica llevada a cabo por el área, actividades relacionadas con la operación de las carreteras, tales como: los proyectos de prestación de servicios y las iniciativas de calidad. Es útil identificar unidades especializadas complementarias, cada una con sus propias tareas y responsabilidades y definir la interacción necesaria entre ellas, que puede incorporar:
Se recomienda que el personal involucrado en la operación de la red de carreteras organice o participe en actividades de capacitación y en reuniones periódicas para discutir experiencias o intercambiar información. Los operadores deben estar sometidos a una continua evaluación a través de la adopción de un proceso de evaluación del nivel de rendimiento (Ver Planificación e Informes).
Contexto de la política/programa de transporte: en los últimos años ha cambiado significativamente el rol que desempeña el Operador de la Red de Carreteras. Se ha pasado de una organización e instrucciones orientadas a la construcción a un rol orientado al rendimiento y la eficiencia. Se han implementado diversas reformas, presupuestos basados en el desempeño y privatizaciones. La evaluación está demostrando ser de mucha mayor importancia para garantizar los resultados de las políticas (Ver Evaluación de Proyectos).
Gestión orientada a los resultados: cambios recientes en las formas de administración exigen ahora una gestión orientada a resultados, con énfasis en el ciclo PECA (Planificar, Ejecutar, Controlar, Actuar) a fin de elevar el nivel de los servicios y tecnologías.
Una mayor responsabilidad ante el público: a fin de garantizar la transparencia de las políticas/programas y obtener el apoyo del público para los proyectos de gestión y operación del tránsito, está cobrando importancia, para los operadores de redes de carreteras, la rendición de cuentas, no sólo al público sino también a los socios principales. En particular, la evaluación puede dar lugar a la obtención de presupuesto, lo que es un requerimiento inmediato antes de que pueda ser iniciado un proyecto RNO. Por estas razones, países como EE.UU. y el Reino Unido están entre aquellos que difunden de forma activa para el dominio público los datos e información de las evaluaciones de desempeño.
Evaluación de la inversión: la inversión en nuevas tecnologías y servicios debe aportar beneficios directos, tanto a los usuarios de la red de carreteras como a los propietarios y operadores de la red. La evaluación de las operaciones debería comprender aquellas cuestiones que estén vinculadas, directa e indirectamente, con los usuarios. El otro propósito es buscar las opciones de negocios para el desarrollo de tecnologías y servicios ITS. Una evaluación bien planificada contribuirá en la elaboración de una forma de mejorar la tecnología, de ampliar la gama de servicios y de mejorar la calidad de los servicios ITS (Ver Valuación de Proyectos).
Para contrapesar de este problema, se introducen nuevos tipos de tales acciones como:
Además, ITS requiere el desarrollo de redes troncales de telecomunicaciones que ayuden a superar este tipo de obstáculos. (Ver Construcción de la Capacidad de ITS)
Para un operador de carretera o autoridad vial los activos consistirán en:
Se necesita una inversión considerable para mantener estos activos. La falta de mantenimiento y actualización de los activos de hardware puede dar lugar a problemas de seguridad vial. Si no se conservan registros puede dar lugar a gastos innecesarios o incluso litigios en el caso que pudiera ocurrir algún desastre.
Una autoridad debe reconocer los beneficios y aceptar la necesidad de introducir la planificación de la gestión de activos y asignar al proceso recursos suficientes. Es necesario que los Jefes Ejecutivos, los Directores Técnicos, Corporativos y de Servicio contribuyan positivamente al proceso para que este sea exitoso.
La consideración del valor de los activos y su potencial contribución a una mejora de la prestación de servicios debe ser una alta prioridad, junto con una gestión eficaz, eficiente y económica. Esto requerirá la introducción de una planificación estratégica de gestión de activos. Un Plan de Gestión de Activos es la herramienta para lograr esto.
El Plan de Gestión de Activos (AMP) debería realmente tomar el desafío de definir cuáles servicios y de que forma se pueden mejorar mediante una gestión de activos más eficaz. El plan será un documento de la empresa que estará relacionado con los objetivos corporativos y de servicios.
Será necesario crear los sistemas que faciliten un flujo de información bidireccional entre los distintos procesos de planificación.
Los beneficios clave en la preparación de un AMP incluyen:
Sin la asignación de suficientes recursos al proceso de AMP no se pueden obtener estos beneficios. La falta de atención a la gestión de activos tendrá un efecto perjudicial sobre la calidad del servicio. Hay un grave riesgo de perder dinero en activos que no son necesarios para satisfacer las necesidades de servicio o su funcionamiento es innecesariamente costoso. Un equipamiento de mala calidad o la inexistencia de datos suficientes que proporcionen información acerca de la mejor forma de utilizarlo, pueden producir fallas en la provisión del servicio. Una pobre definición de procedimientos financieros y de gestión pueden enturbiar la rendición de cuentas.
Los elementos clave de una planificación eficaz de gestión de activos son:
La adopción de un régimen de planificación de la gestión de activos eficaz tiene implicaciones potencialmente importantes en los recursos. Éstas incluyen:
Los procesos clave deberían estar relacionados con el ciclo presupuestario.
Se recomienda que un AMP debe tener 5 partes principales:
Además se sugiere que un Plan de Gestión de Activos se prepare para un ciclo de 5 años, con revisión y actualización anual.
Los métodos de financiación tienen un impacto profundo aunque indirecto sobre los incentivos para proporcionar infraestructura de carreteras y las organizaciones que participan en las operaciones de la red.
El impuesto nacional se utiliza en muchos países para la operación y el mantenimiento de las redes de carreteras nacionales y regionales. Este impuesto nacional incluye los fondos provenientes del presupuesto general del Estado, conjuntamente con impuestos especiales al combustible o impuesto a los vehículos. Las operaciones de la red de carreteras son financiadas a través de organismos públicos, aunque este financiamiento puede ser dividido entre dos o más organismos (por ejemplo, la autoridad de la carretera y la policía de tránsito).
En algunos casos, las operaciones y tareas de mantenimiento que son llevadas a cabo por una empresa privada contratada se pagan sobre la base del volumen de tránsito gestionado. Con el fin de que en el sistema parezca gratuito para los usuarios, los pagos se realizan con fondos del presupuesto nacional o regional (ingresos e impuestos).
En el caso de concesiones a operadores privados, los costos operativos a menudo están cubiertos por pagos de los usuarios (tarifas de peaje), que también cubren el pago de la deuda (capital e intereses) y los costos de mantenimiento (Ver Cobro de Peaje).
A nivel de la Unión Europea, existen varios mecanismos de financiación que contribuyen con un nivel máximo del 50% de los gastos de la infraestructura vial en cumplimiento de los objetivos europeos. En el ámbito europeo, se ha definido una red de carreteras de interés estratégico: el TERN (Red Transeuropea de carreteras). Enfrentada con nuevos desafíos, se han definido nuevas formas de financiación de esta red:
Países como el Reino Unido ahora tienen una amplia experiencia en la financiación privada de la infraestructura vial. También se considera el "peaje en sombra" . El concepto de "peaje en sombra" es el pago del peaje a la concesionaria por parte de las autoridades (gobierno regional, local), en función de los volúmenes de tránsito y ciertos criterios, tales como el nivel de servicio.
Es muy significativo el impacto indirecto que la modalidad de financiación tiene en el nivel operativo del servicio en un determinado ambiente. En la práctica el despliegue de nuevos servicios de ITS, a veces, tiene lugar después de un cambio institucional vinculado a cuestiones de financiación (Ver Financiación y Contratos ).
Las nuevas tecnologías, denominadas Sistemas de Transporte Inteligente (ITS), proporcionan un medio para adquirir un mejor conocimiento de la red de transporte y poner en práctica todos los medios disponibles para optimizar las operaciones de red, la gestión del tránsito y los servicios disponibles para los clientes. Por tanto, estas tecnologías se convierten en un elemento integral del concepto de operaciones de la red, facilitando la mejora de la eficiencia del sistema de transporte.
Los ITS pueden mantener o ampliar el nivel de servicio a los usuarios de la carretera al aumentar su rendimiento (medido en términos del número de personas, el número de vehículos o la cantidad de bienes que circulan por unidad de tiempo). ITS también puede dar apoyo a la gestión de la infraestructura en momentos de eventos excepcionales (por ejemplo: inundaciones, tormentas excepcionales), proporcionando información en tiempo real de gran utilidad para los operadores y usuarios (Ver Servicios y Aplicaciones ITS).
Desde la perspectiva de los propietarios y operadores de las redes de carreteras, muchos productos y servicios ITS mejoran su eficiencia mediante la optimización del uso de las instalaciones y las prioridades de circulación existentes. Los requerimientos de la movilidad y el comercio pueden ser satisfechos con estas mejoras y se puede reducir la necesidad de construir instalaciones nuevas o ampliar las existentes. Los ITS proporcionan a los administradores de redes de carreteras un conjunto de herramientas a utilizar para aumentar su eficiencia, mejorar la seguridad vial, alentar medios alternativos de transporte y ayudar en la gestión del mantenimiento y la construcción de las carreteras (Ver Beneficios de ITS).
La evaluación formal de los beneficios de los ITS aplicados a la operación de redes de carreteras es un área de especialización. A través del Grupo Internacional Beneficios, Evaluación y Costos (IBEC), del Grupo de Expertos Europeos de Evaluación y del sitio web Beneficios de los ITS del Departamento de Transporte de los EEUU (USDOT), pueden obtenerse muchos artículos y documentos de trabajo. Se aplica el ciclo de Deming de mejora continua (ciclo PECA) (Ver Evaluación de Proyectos).
Las principales funciones de las aplicaciones ITS en la operación de redes de carreteras son:
Las tecnologías ITS (detección y monitoreo del tránsito incluyendo dispositivos de detección de tránsito, vehículos sonda, sensores, circuitos cerrados de televisión (CCTV), etc.) desempeñan una función clave en la recolección de la información prevaleciente en la red de carreteras y brindando apoyo a otras actividades de operación de la red. Aunque el monitoreo del tránsito es parte integrante de cualquier servicio de ITS, no suele proporcionar ningún servicio por sí mismo (Ver Actividades de Monitoreo y Tecnologías de Monitoreo).
Con el fin de mejorar la transitabilidad y seguridad de las carreteras, se pueden tomar acciones proactivas y reactivas. Las acciones proactivas se focalizan en la prevención de incidentes/congestión y las medidas reactivas en la detección/verificación de incidentes y condiciones inseguras de circulación, la respuesta a ellos y la limpieza de la calzada y el restablecimiento de las condiciones normales de operación (Ver Seguridad Vial, Actividades operación y Protección de la Red )
Mediante la gestión y el control, el tránsito, a lo largo de una red de carreteras, puede ser distribuido de mejor forma y, así, ayudar a equilibrar la demanda. La gestión y el control del tránsito pueden ser utilizados a fin de prevenir o recuperar una situación de baja capacidad de circulación y para corregir los desequilibrios entre las prioridades que compiten (Ver Gestión de la Congestión, Gestión del Tránsito y Gestión de la Demanda)
La ocurrencia de accidentes y colisiones disminuye con la oportuna advertencia a lo usuarios de condiciones de circulación inseguras en la carretera y de congestión. En algunas redes congestionadas se estima que incidentes, tales como accidentes y averías de vehículos, así como las condiciones del camino intransitable/inseguro, causan hasta el 60% de la congestión vial anual. La congestión del tránsito que se produce como consecuencia de estos incidentes puede ocasionar otros incidentes adicionales y causar retraso en la respuesta a situaciones de emergencia. De acuerdo con un estudio, por cada minuto que un incidente permanece interrumpiendo la calzada, causa una demora adicional de cinco minutos después que finaliza el incidente y se restablece el tránsito normal. Entre otras soluciones, se pueden incluir la mejor planificación de las obras viales, las restricciones de carril, las alertas por mal tiempo y por las condiciones de la carretera y los sistemas de frenado automático (Ver Estrategias de Gestión del Tránsito, Ayuda al Conductor , Sistemas de Información al Viajero y Servicios al Viajero ).
Los ITS y las tecnologías con ellos relacionadas han sido ampliamente aceptadas como una forma de alcanzar el objetivo de una movilidad sustentable mejorando, al mismo tiempo, la calidad de vida, tanto por las autoridades públicas como por el sector privado. Por ejemplo:
Hay importantes beneficios colaterales de los ITS en la gestión de las carreteras. Las mejoras en la infraestructura afectan directamente a cada vehículo / conductor que utiliza las carreteras. La gestión de carriles ha sido uno de los éxitos sobresalientes de los ITS. Esto incluye carriles de vehículos con alta ocupación (HOV), carriles reversibles, límites de velocidad variables y sistemas de control y penalización. Estos sistemas maximizan el uso de la infraestructura disponible así como el ahorro o el aplazamiento de los grandes costos de expansión de las redes de carreteras (Ver Sistemas Avanzados y Gestión del Tránsito).
Mientras que la reducción de costos es de interés para todos los usuarios de la carretera, los beneficios asociados a los ITS son más tangibles para los operadores de flotas de vehículos y de la infraestructura vial. Los beneficios de productividad se han evaluado desde la perspectiva de los gestores de flotas, las autoridades de tránsito y las concesionarias de cobro de peaje. Las opciones ITS para la operación de flotas incluyen la localización automática de vehículos (AVL) y el despacho de cargas asistido por computadora (CAD) utilizando sofisticados desarrollos de software para la logística y las comunicaciones entre el despachante y el conductor. Cada intervención individual puede parecer marginal, pero el efecto general, en lo que hace a la confiabilidad y al ahorro de tiempo de viaje, puede hacer la diferencia entre aprovechar la oportunidad de realizar una entrega a tiempo o perderla. (Ver Operaciones del Transporte de Pasajeros y Operaciones y Gestión de Flotas).
Las regulaciones internacionales imponen restricciones a la recolección, almacenamiento, procesamiento y difusión de datos relativos a personas físicas y su comportamiento. La legislación nacional relativa a los individuos se basa en estos principios. Estas regulaciones imponen obligaciones a los operadores de las redes de carreteras desde el momento en que información relativa al movimiento de los individuos se utiliza en las aplicaciones ITS (Ver Privacidad).
La necesidad de mantener un total anonimato rara vez es una firme exigencia de los usuarios; sin embargo, la mayoría de los usuarios requieren la protección de su privacidad por parte del operador.
La privacidad del usuario se mantiene si se cumplen las siguientes condiciones:
En el contexto de la gestión del tránsito, la privacidad es la necesidad de los viajeros de ser capaces de desplazarse libremente sin que alguna otra persona esté en condiciones de averiguar el horario y el lugar de su viaje. El tema de la privacidad es diferente para los vehículos particulares y los vehículos comerciales y se percibe de manera muy diferente en los distintos países y culturas.
En general:
Las reglas de privacidad son la clave del éxito o el fracaso, como se ilustra a continuación:
Siempre que sea posible, los operadores de redes de carreteras, que reúnen y utilicen datos "confidenciales", deben asegurarse que los datos pasen de forma automática al anonimato. Es necesario el cifrado en la fuente misma de datos y éstos deben ser destruidos tan pronto como hayan sido utilizados (Ver Propiedad & Intercambio de Datos).
Actualmente, las responsabilidades en las operaciones de tránsito están claramente delimitadas:
Es completamente diferente si se trata
de sistemas embarcados de asistencia al conductor que incluyen componentes instalados en la carretera, por ejemplo:
Los operadores de redes de carreteras no pueden asumir la responsabilidad por el funcionamiento de los componentes embarcados en un vehículo ya que no tienen control sobre su correcto funcionamiento, operación y mantenimiento (Ver Ayuda al Conductor y Responsabilidades).
Desde el punto de vista de los operadores de las redes sólo hay dos posibilidades para hacer frente a esta situación:
A menudo las nuevas tecnologías para la gestión del tránsito aumentan los riesgos para el operador. Los operadores de redes de carreteras deben evaluar estos riesgos y proporcionar las contramedidas necesarias.
Entre los posibles riesgos están:
Las medidas de seguridad adoptadas por los operadores de la red deben incluir:
(Ver Protección de ITS)
El concepto de Operación de Redes de Carreteras pone las necesidades de los usuarios de la carretera y sus expectativas de viaje por delante de los requisitos institucionales. En este sentido, los usuarios de la carretera, particulares y empresas, pueden asemejarse a clientes preocupados por aquellos factores que afectan su bienestar económico y las comodidades de la vida cotidiana. En lo que tiene que ver con las carreteras y el tránsito, muy probablemente van a estar preocupados por temas que atañen a la facilidad de la movilidad y a la accesibilidad y a la confiabilidad de sus viajes (Ver Usuarios de ITS).
Sus expectativas pueden incluir:
El servicio a los usuarios de la carretera es fundamental para las operaciones de la red. El objetivo del operador de la red es garantizar la aceptación y el cumplimiento de las medidas adoptadas con el fin de equilibrar la oferta de espacio vial con la demanda del tránsito. A medida que se implementan servicios cada vez más sofisticados basados en ITS, resulta incluso más importante lograr la aceptación del usuario final y la generación de confianza. Cuanto más comprendan los usuarios las razones de la regulación del tránsito y confíen en la información que se les proporciona, mejor funcionarán los servicios para todos los actores.
El principio de "orientación al cliente" es un desafío importante (Ver Servicios al Usuario del Camino). La actitud y el comportamiento de los usuarios de la carretera es fundamental para el éxito de las operaciones de la red. Los usuarios pueden ser el público en general, las empresas comerciales, los negocios, las empresas de transporte por carretera y los conductores profesionales, con una amplia diversidad de necesidades y requerimientos. Puede ser necesario promocionar las estrategias de operación de las redes de carreteras que se adopten, aunque no siempre reciben el apoyo popular. Teniendo presente el objetivo del servicio al usuario, deben ser revisados y adaptados los procedimientos y protocolos. Los sistemas deben ser diseñados para permitir a los usuarios de la carretera tomar decisiones informadas de viaje y lograr el sencillo cumplimiento de las normas de tránsito.
En general, el usuario de la carretera ve al operador de la carretera como quien debe proporcionar las instalaciones para hacer que sus viajes sean seguros, eficientes y confiables. De la forma en que el usuario de la red de carreteras lo entiende, la operación de la red existe a fin de garantizar que la calzada está disponible con un nivel de servicio que le permitirá al usuario cumplir sus objetivos. Desde esta perspectiva la operación de una red de carreteras consiste en las disposiciones y los procedimientos que son necesarios para ofrecer ese servicio.
El operador de la carretera tiene una perspectiva algo diferente. Su principal interés es mantener el camino disponible y seguro para el nivel de tránsito para el que la carretera está diseñada, el que a veces puede ser mucho menor que la demanda de tránsito. En la práctica, las expectativas del público y la presión política significa hacer mucho más que esto. Desde la perspectiva del operador de carreteras, la misión de la operación de la red es desarrollar y poner en práctica las acciones y procesos que son necesarios para alcanzar los objetivos generales establecidos por la comunidad.
Estos dos puntos de vista diferentes se pueden resumir en el siguiente diagrama.
En el diagrama, los usuarios y sus necesidades están en el dominio de la demanda de viajes, mientras que los operadores de la red y los proveedores de servicios de la carretera están en el dominio de la oferta de calzada. RNO y actividades basadas en servicios ITS están posicionados entre los dos.
En general, los servicios al usuario están para dar apoyo a algo que el usuario quiere hacer, en este caso utilizar la carretera para transportar personas o mercancías (Ver Servicios al Viajero y Operaciones y Gestión de Flotas). En el modelo de las dos perspectivas, la del usuario y la del operador de la red de carreteras, los servicios que se entregan directamente al usuario son los servicios "front-office". Estos son tangibles y son inmediatamente percibidos por el usuario. Los servicios de "back-office" (relacionados con los sistemas técnicos y centros de control, por ejemplo) son parte de los percibidos por el operador de la carretera.
Vale la pena señalar que, los usuarios de la carretera, los operadores de las redes y sus proveedores son entidades bien definidas, mientras que las necesidades y servicios tienen una naturaleza más abstracta. Esto hace que tratar con servicios al usuario sea muy diferente de las operaciones básicas de mantenimiento de la carretera, que son parte definida de las responsabilidades del propietario de la carretera. La calidad de los servicios depende, en gran medida, de la forma en que los usuarios perciben y valoren esos servicios. Esa es la razón principal por la que ocuparse de cuestiones relacionadas con los servicios de apoyo a los usuarios de la carretera requiere un enfoque diferente al de las relacionadas con la practicidad de la operación de los sistemas técnicos.
En resumen, la operación integrada de redes de carreteras necesita estar orientada al cliente: en otras palabras, orientada hacia los grupos y clases de usuarios que tienen un interés directo en la red de carreteras específica.
Como regla general, se requiere un enfoque orientado al servicio, en contraste con un enfoque más tradicional a la construcción y el mantenimiento de carreteras. Los sistemas están para servir a las necesidades de los usuarios finales y no en viceversa. Este principio se aplica a las tareas convencionales, tales como la organización de las obras en la carretera, el diseño de la cartelería, los procedimientos de atención de emergencias como, así también, a las actividades más sofisticadas de operación de la red, tales como el control del tránsito o la gestión de la demanda.
Para satisfacer las expectativas de los usuarios de la carretera y las demandas de una sociedad que necesita moverse en forma rápida y segura, las autoridades viales y los diversos actores a cargo de las redes de carreteras tienen que hacer el mayor esfuerzo a fin de proporcionar el nivel de servicio esperado por los usuarios finales.
En el pasado, este nivel de servicio dependía principalmente de la provisión de una infraestructura vial adecuada y cómoda, asegurando así un viaje seguro y relativamente rápido entre un origen y un destino.
Hoy en día, con el rápido crecimiento del tránsito que genera congestiones, hay nuevas expectativas como:
El Gran Cambio
Para muchos administradores de carreteras esta evolución equivale a una revolución, en el sentido de que el usuario de la carretera es más que un usuario y cada vez más un cliente: tanto si él / ella paga directamente para utilizar la carretera, las expectativas son similares en términos de nivel de servicio, garantía de tiempo de viaje, información sobre interrupciones, etc. Esto es especialmente cierto para los usuarios profesionales de la carretera.
El desafío para los administradores del sistema de transporte es significativa. Ellos deben modificar su forma de pensar en la operación de un sistema complejo a fin de incluir al cliente / usuario como la cuestión central. Muchas limitaciones y problemas se ponen de manifiesto al hacer foco en la operación de la red, relacionados con:
Todas los grupos de interés están involucrados, entre ellos:
No es una tarea sencilla comprender las diversas perspectivas de los diferentes grupos de usuarios. Ni es fácil equilibrar los criterios que se establecen por las diferentes categorías de usuarios. Dependiendo de su posición e intereses, las necesidades de los usuarios se pueden distinguir de el punto de vista de:
La comprensión de la perspectiva del usuario de la carretera es de suma importancia. Esto comienza con la formulación de los servicios deseados en los términos de los usuarios, tales como "soporte para un viaje seguro y libre de estrés" en lugar de "gestión del tránsito". Entonces resulta esencial darse cuenta de que la prestación de estos servicios y la medición de su calidad no es una tarea fácil, ya que depende de la percepción y valoración de los usuarios, que por su naturaleza no es muy estable.
Es útil recordar que:
Una mentalidad de satisfacción del cliente trae aparejada la necesidad de incorporar un enfoque de rendimiento en los procesos existentes, establecer las medidas de referencia del rendimiento centrado en los resultados (en oposición a las salidas) y controlar el rendimiento real contra de las mismas. La evaluación del rendimiento de la red de carreteras debe contribuir a mejorar realmente las operaciones, tanto a corto como a largo plazo.
Cada vez más la operación de las redes de carreteras requerirá niveles de servicio definidos e indicadores de calidad asociados que reflejan la satisfacción del usuario y la eficiencia de la red de carreteras cuando es considerada como parte de un sistema integrado de transporte.
Las implicancias de priorizar las necesidades de los usuarios de la red de carreteras pueden considerarse en tres niveles: estratégicos, tácticos y operativos.
Nivel estratégico: este es el nivel en el que los objetivos de las políticas social y de transporte se traducen en requisitos de rendimiento de la red de carreteras en términos cualitativos de flujo vehicular, de seguridad vial y de comodidad (Ver Planificación Estratégica).
Las autoridades nacionales de las carreteras, en general, no tienen objetivos ambiguos en las políticas relativas a la seguridad del tránsito, el flujo de tránsito, la prosperidad económica y la sustentabilidad. Muchos objetivos a nivel estratégico son reconocidos internacionalmente pero todavía estos objetivos no se traducen de manera explícita en los requerimientos de rendimiento de la red de carreteras. El primer desafío a nivel estratégico es formular recomendaciones sobre la manera de hacer ésto.
Nivel Táctico: este es el nivel en el que los requerimientos de rendimiento de la red se traducen en funciones de la red a un cierto nivel o calidad de servicio ofrecido a los usuarios de la carretera. Además los "servicios" se definen en este nivel, que indica las funcionalidades de la red a ciertos niveles. Generalmente, las decisiones a nivel estratégico tienen implicancias a largo plazo, las tácticas las tienen en el mediano y corto plazo (Ver Planificación e Informes).
En el nivel táctico, frecuentemente, se toman medidas a fin de resolver problemas locales, aisladas de un marco más global. Por ejemplo, actualmente, es común que sean implementados ITS para resolver problemas de tránsito locales. A pesar de ello, deberíamos apuntar a una situación en la que las acciones tomadas atiendan tanto los requerimientos estratégicos como los locales. El desafío para el nivel táctico es tener en cuenta estas limitaciones e integrar los servicios ITS a lo largo de la carretera como un todo.
Nivel Operativo: este nivel hace frente a los requerimientos organizativos, procedimientos y protocolos, mediante la implementación de herramientas y estrategias a fin de satisfacer las necesidades de los usuarios. El nivel operativo es el más dinámico, y a menudo, cambia diariamente (Ver Actividades operación).
A nivel operativo, la práctica actual más común es la orientada a los sistemas y equipos. Pero las soluciones técnicas, también. pueden ser presentadas a los usuarios de la carretera a través de servicios. Este concepto muestra que los servicios están compuestos por sistemas instalados en organizaciones entrenados para operarlos eficazmente. Estas organizaciones están dirigidas por objetivos políticos. La actitud y el comportamiento de los usuarios de la carretera son, a menudo, críticos para el cumplimiento de los objetivos políticos. Por consiguiente, el despliegue de ITS y de otros proyectos deberían estar orientados al cliente: orientados hacia el usuario de la carretera. Por lo tanto, es deseable una orientación al servicio en lugar de una orientación a los sistemas. Lo mismo ocurre con las tareas más convencionales, tales como la organización de las obras en la carretera, el diseño de la cartelería o la atención de emergencias.
En muchos casos los procedimientos y los protocolos de operación tienen que ser revisados y adaptados en el contexto del servicio al usuario. Éste es el principal reto para las operaciones de red a nivel operativo.
Los usuarios de la carretera desean tener un viaje seguro, confiable y sin interrupciones. Ellos no están interesados en los límites geográficos de las jurisdicciones de los diferentes organismos propietarios de una red de carreteras, sino exclusivamente en realizar un viaje seguro y previsible desde el punto A al punto B. Sin embargo, los desplazamientos se hacen a través de fronteras geográficas, muy probablemente, utilizando carreteras que son propiedad y están gestionadas por más de un organismo o que son responsabilidad de diferentes administraciones.
Los usuarios esperan que cuando se presentan problemas, mal tiempo, accidentes, congestión, reparaciones viales y otros incidentes, "las autoridades" tomen medidas para minimizar los inconvenientes. Además, los usuarios de la carretera esperan transferencias intermodales fluidas de pasajeros y cargas en los puntos de transferencia y los puertos internacionales: estaciones de autobuses, de ferrocarriles y de tranvías, terminales de ferry, aeropuertos, vías navegables y puertos marítimos y terminales intermodales carretera-ferrocarril.
En consecuencia, las operaciones de la red de carreteras que están totalmente integrados y comprenden un área amplia:
La operación de redes de carreteras integradas se caracteriza por la participación de muchas organizaciones en la prestación a los usuarios de los servicios en la red de carreteras. Exactamente qué organización y agencias tienen que estar involucradas dependerá de varios factores, entre ellos:
Por lo tanto, la eficaz operación de una red de carreteras exigen coordinación funcional, organizacional e inter-jurisdiccional, con el fin de asegurar la cooperación, la integración y la interoperabilidad de las operaciones de tráfico dentro de una región geográfica determinada y con sus vecinos.
Es necesaria la consulta efectiva y una cooperación permanente entre todos los socios interesados: la policía, los servicios de movilización de ayuda, los operadores del Centro de Control de Tránsito (CCT), etc. Por otra parte, dado que la demanda de tránsito crece y la operación de las redes de carreteras se vuelven más sofisticadas, deben tenerse en cuenta cada vez más las necesidades operacionales en las fases de diseño y desarrollo de la infraestructura.
La operación integrada de una red de carreteras en toda el área que ella abarque, combina los objetivos comunes de la gestión de carreteras: mejorar la seguridad y la fluidez del tránsito, con mejores tiempos de viaje de extremo a extremo, confiabilidad del tiempo de viaje, seguridad y comodidad del conductor. Una adecuada jerarquía, señalización y navegación de la carretera tienen un papel importante que jugar. Además se están realizando esfuerzos cada vez mayores para minimizar impactos ambientales adversos como el ruido del tránsito, el humo, las emisiones de NOx y de carbono y sus graves efectos en la comunidad.
En resumen, las características esenciales de un enfoque integrado de operaciones de la red de carreteras son los siguientes:
La consecuencia lógica de esta responsabilidad compartida es la necesidad de establecer asociaciones. En sus aspectos organizativos, financieros y legales, las asociaciones a menudo están acosadas por problemas de dificil solución. No sólo es indispensable el análisis de las necesidades particulares, las limitaciones operativas y las prioridades de cada parte, sino que también es fundamental definir una clara división de funciones y responsabilidades entre los participantes, ya sean del sector público o privado. A través de este enfoque, pueden elaborarse y formalizarse las mejores opciones para la arquitectura funcional, lógica y física, así como el marco institucional para las operaciones integradas (Ver Trabajo Entre Agencias).
La real implementación de los distintos servicios diseñados para satisfacer las expectativas de los usuarios de carreteras no se puede organizar de la misma manera para todas las redes de carreteras. La cantidad de interrupciones del tránsito, la mezcla de tránsito y los niveles de tránsito varían considerablemente y las funciones definidas para diferentes partes de las redes están sujetas a un orden de prioridad. Las operaciones serán diferentes dependiendo del tipo de red, el número de usuarios afectados, la frecuencia de las perturbaciones y su impacto en el flujo de tránsito.
El nivel más adecuado de operación de una red determinada depende de varios parámetros, tales como:
Sobre la base de este análisis, pueden definirse tres niveles de funcionamiento:
Las áreas urbanas requieren el desarrollo de una planificación de transporte integrado y la categorización de las carreteras a partir de la importancia relativa de sus funciones relacionadas con el tránsito y la vida local.
Dos categorías de carreteras forman la red troncal del área urbana. Ellas son:
Características: las redes troncales de las zonas urbanas están sujetas a movimientos locales relacionados con viajes entre el hogar y el trabajo, que elevan los niveles de tránsito llevando a las redes de carreteras a operar a la saturación. El menor incidente puede provocar congestión de las carreteras, lo que puede degenerar rápidamente en un embotellamiento en la carretera e incluso de una parte importante de la zona urbana. Pero esta red a menudo está interrelacionada y en todo momento existen reservas de capacidad en algunos otros tramos de ella.
La complejidad de las responsabilidades es otra característica de estas redes: participan muchos propietarios y operadores de la carretera. Resulta necessaria la continua consulta entre las autoridades con el fin de:
Objetivo operativo: El objetivo es optimizar permanentemente el uso de la red y balancear la competencia de demandas entre diferentes clases de usuarios de la carretera. Las funciones a ser implementadas son la activación permanente de los planes de gestión de tránsito elaborados en forma conjunta por todos los socios interesados. El sistema de supervisión de la red y el procesamiento de la información debe ser permanente y automatizado. Se trata de la red en la que será mayor la densidad de equipos de recolección de datos y la difusión de información. (Ver Gestión del Tránsito Urbano, Control del Tránsito Urbano y Operaciónes Urbanas)
Estas redes incluyen las autopistas y las principales redes de carreteras asociadas (carreteras paralelas y rutas alternativas) que proporcionan alta capacidad a los corredores de autopistas interurbanas y redes regionales.
Características: A lo largo de estos corredores de gran caudal de tránsito, diseñadas para el tránsito pasante nacional e internacional, con frecuencia se producen alteraciones del flujo de tránsito especialmente al principio y al final de la semana laborable y con el comienzo de concurridos períodos de vacaciones. Sus consecuencias son importantes ya que afectan a un gran número de usuarios y pueden tener repercusiones a largas distancias río arriba. Además, las perturbaciones en las principales arterias pueden extenderse rápidamente a las paralelas.
Objetivo operativo: En el transcurso de un incidente el objetivo es mantener las mejores condiciones posibles de circulación mediante el uso óptimo de la red. Es esencial coordinar la acción entre los servicios de gestión. Los planes de gestión del tránsito resultantes deben ser estudiados e implementados en forma conjunta, con medidas preventivas que pueden ser requeridas río arriba muy lejos del incidente. Ellos serán activados durante la alteración del tránsito.
Las funciones a ser implementadas son las mismas que las de nivel 1. Sin embargo, la densidad del equipamiento será menor y estarán ubicados de acuerdo con los objetivos operativos: detección automática de incidentes en zonas de alto riesgo o detección limitada a los días más sensibles; información al usuario mediante carteles de mensajes variables "aguas arriba" en los puntos donde se puede optar por una carretera alternativa (Ver Gestión del Tránsito en Autopistas y Operaciones en Autopistas).
Características: Estas redes consisten en carreteras con niveles moderados de tránsito. Estas carreteras se caracterizan por el hecho de que es rara la ocurrencia de grandes incidentes y su impacto es localizado. El número de usuarios involucrados también es limitado.
Objetivo operativo: El objetivo principal es asegurar un buen nivel de servicio de la carretera y condiciones seguras de circulación en toda la red. Generalmente, no será necesario desarrollar planes preventivos de gestión del tránsito para el control de las alteraciones de tránsito aleatorias o para restaurar en forma inmediata la condiciones normales de circulación en la carretera, pero es recomendable difundir la mejor información posible sobre el nivel del incidente y su inicio previsible (Ver Sistemas de Información al Viajero).
Las funciones a ser implementadas consisten en la organización de las operaciones de mantenimiento vial que sean previsibles, tales como el mantenimiento en época invernal, la planificación de los trabajos de mantenimiento, la organización de convoys a fin de acotar los inconvenientes que sufren los usuarios y la distribución de información a los usuarios antes y durante su viaje (Ver Redes Regionales).
La sala de control o centro de operaciones está en el corazón mismo de las operaciones de una red de carreteras. Las funciones a realizar allí incluyen el monitoreo del tránsito y de las condiciones ambientales relacionadas con el tránsito, la detección de incidentes, el procesamiento centralizado de datos, el apoyo a los procesos de toma de decisiones de los operadores del servicio, la comunicación con los organismos pertinentes y los medios difusión del servicio y esencialmente la implementación y evaluación de las estrategias de operación (Ver Traffic Control Centres).
Las responsabilidades de los operadores en servicio son diversas e incluyen el monitoreo del tránsito y las condiciones ambientales, la toma de decisiones en relación con la gravedad de los incidentes, la selección y priorización de las funciones operativas y las relaciones con los grupos de coordinación. Estos procesos deben llevarse a cabo con un tiempo de respuesta corto. Esto significa que la integración de sistemas en la sala de control o centro de operaciones de la red de carreteras es un elemento importante con el fin de apoyar los procesos de toma de decisiones (Ver Systems Engineering)
El monitoreo del tránsito y de otros datos de campo se transmiten al centro de operaciones y se procesan junto con otros datos operativos que usan ordenadores propios programados para realizar funciones de las operaciones. La información presentada en el "video wall" y las pantallas de visualización ayuda a los operadores de la sala de control a evaluar la gravedad de los incidentes y seleccionar y / o priorizar funciones operativas (Ver Monitoring Technologies).
Las funciones operativas realizadas en el campo son monitoreados y evaluados, lo que tal vez resulta en nuevas acciones (Ver Planning and Reporting).
Para poder desarrollar estas funciones el centro de operaciones necesita albergar el hardware y software correspondiente a estas funciones. Las principales funciones del sistema informático son la transmisión y recepción de datos a / desde el campo, el procesamiento de los datos relacionados con el flujo de tránsito y las características de los incidentes que se produzcan, la recepción de comandos del operador, el control de las pantallas gráficas y el almacenamiento y creación de registros históricos. En particular, los algoritmos de software juegan un papel importante en la detección e identificación de la gravedad de los incidentes, en el apoyo a la toma de decisiones operativas y en la selección y / o priorización de las estrategias operativas y de control del tránsito (Ver Data and Information).
La función del sistema de telecomunicaciones es conectar el centro de operaciones con los dispositivos instalados en la carretera. La información más importante a ser transmitida es la de los datos del monitoreo de la carretera, los comandos operativos emitidos por el centro de operaciones y la información del estado mecánico de los dispositivos de campo.
El costo del sistema de telecomunicaciones puede ser significativo por lo que el sistema de telecomunicaciones debe ser adecuadamente seleccionado, teniendo en cuenta lo siguiente:
La transmisión de información de video generalmente requiere un mayor ancho de banda. El uso de formatos de datos comunes y protocolos de comunicaciones estandarizados reduce el costo del sistema y facilita la conexión entre organismos además de simplificar la futura ampliación del sistema de monitoreo.
Los sistemas de comunicaciones cableados, tales como la fibra óptica y el cable coaxial, y los inalámbricos, incluyendo la telefonía movil/celular y radio y microondas, están incluidas entre los medios de comunicación empleados actualmente en los sistemas de monitoreo; Los sistemas de comunicación cableados tienen ventaja en economías de escala en la transmisión de grandes volúmenes de información. Por otro lado, la comunicación inalámbrica, generalmente, es más económica cuando se gestionan pocos dispositivos de campo. (Ver Telecomunicaciones).
Para cualquier clase de cuestiones operativas de una red de carreteras puede haber una cantidad de posibles soluciones tecnológicas, con la eventualidad de conflictos entre los diversos métodos y soluciones. Además, como consecuencia de la rápida evolución de la tecnología y los servicios, nuevas y mejores aplicaciones aparecen siempre en el horizonte. La puesta a punto de una única aplicación novedosa en un momento dado puede sacrificar la capacidad de evolución futura del sistema.
Estas cuestiones se pueden resumir como problemas de integración. En general, podemos pensar en dos tipos de integración. Uno sería considerado como integración horizontal, donde el mismo servicio ofrecido en diferentes redes de carreteras es integrado en un único sistema interoperable regional, nacional o incluso internacional. Un ejemplo de ello son los centros de atención de llamadas de emergencia operados por algunas organizaciones automovilísticas. Otro enfoque sería una integración vertical de diferentes servicios, tal vez involucrando a diferentes proveedores de servicios, que serían integrados y ofrecidos como un único sistema. Ejemplo de ello son los sistemas de pago electrónico que son interoperables entre los diferentes operadores de los medios de transporte público, de las autopistas de peaje y del estacionamiento.
La necesidad de integración es evidente al considerar los diversos problemas que se pueden producir mediante la aplicación de sistemas con una única función.
Varios sistemas pueden depender de un conjunto similar de datos: varios servicios pueden utilizar de diferente forma los datos de volumen de tránsito, de accidentes y del tiempo. No sería práctico y probablemente imposible para todos los servicios crear sus propios datos de tránsito desde cero. Por lo general, sería mucho más eficiente distribuir la recolección de datos y crear una plataforma o protocolo para su uso compartido, lo que permite su intercambio entre los diferentes sistemas (Ver Vehículos & Carreteras).
En muchos casos, muchos de estos datos tienen una única fuente de origen (o un pequeño número de fuentes). Incluso en estos casos sería demasiado problemático para esa fuente de datos tener trato con cada uno de los proveedores de servicios individualmente. El intercambio de datos que permite la integración de los datos, permite una mayor flexibilidad y variedad de servicios.
La fragmentación de los servicios: sería molesto para los usuarios hacer frente a sistemas o servicios separados cada vez que viajan atravesando diferentes áreas. Mientras que la operación de las redes de carreteras tiene como objetivo facilitar la movilidad, la fragmentación de los servicios podría incluso obstaculizar dicha movilidad. Es mucho más conveniente estar en condiciones de utilizar los mismos sistemas y servicios sin problemas al circular entre diferentes áreas geográficas y jurisdicciones. Un sistema diseñado teniendo en mente la mencionada integración horizontal mejora en gran medida la utilidad de un servicio.
Cuestiones de la interfaz hombre-máquina (HMI): Muchos servicios que mejoran la operación de las redes de carreteras requieren la interacción del usuario con el vehículo, a menudo mientras conduce. La falta de consideración de otros sistemas conduciría a una distribución aleatoria dentro del vehículo de las pantallas propietarias y los dispositivos de ingreso de datos. El riesgo de distracción del conductor es real y a medida que el número de interfaces dentro del vehículo aumenta, el riesgo de confusión y errores de operación aumentaría exponencialmente. La integración de varios servicios también permitiría integrar estas interfaces en un sistema más util y comprensible (Ver Compromiso con ITS).
El costo de desarrollo: Muchos servicios requieren componentes similares, como los canales de comunicación hacia y desde el vehículo, o una base de datos geográfica común, o sistemas de pago. Si todos los servicios se desarrollaran por separado, estos componentes similares deberían ser desarrollados, probados e implementados en forma independiente unos de otros, lo que resulta dispendioso y una pérdida de tiempo.
Otra cuestión importante es la interferencia entre sistemas. Si los sistemas integrados son adecuadamente probados y desplegados, disminuirían dicho riesgo al garantizar que los servicios integrados funcionan juntos correctamente.
Promoción de la Competencia: la variedad de servicios individuales no coordinados conduce a la fragmentación del mercado. Esto lleva a una menor competencia que impide a los vendedores pugnar por ocupar una posición meritoria en el mercado, conduciendo a costos unitarios más altos y una menor aceptación por parte de los usuarios (Ver Competencia & Adquisiciones).
En resumen, funcionalidades integradas para los sistemas de operación de las redes de carreteras pueden proporcionar la amplitud y profundidad demandada por los usuarios de la carretera. Incumbe a la organización responsable de la operación de la red ocuparse de que el sistema y el servicio estén basados en los más novedosos principios y utilicen nuevas técnicas basadas en ITS, que ocupen su lugar en cuanto estén disponibles.
Una forma de promover la integración entre varios sistemas y servicios es diseñar desde un principio un sistema completamente integrado. Esto permite que los componentes sean compartidos, evita la redundancia, garantiza la interoperabilidad y puede proporcionar un alto nivel de servicio desde el principio (Ver Arquitectura ITS)
Por otra parte este enfoque también tiene sus peligros. En primer lugar, si el sistema integral pasa por alto la cuestión relacionada con una amplia interoperabilidad pueden presentarse los mismos riesgos que en el caso de cualquier otro sistema aislado. Un sistema integral de una ciudad puede convertirse en un sistema aislado no interoperable cuando se lo considera dentro de un contexto más amplio.
Además, los sistemas más grandes son intrínsecamente más complejos, ya que requieren un plazo mayor para el diseño y la implementación. Por ejemplo, el sistema nacional de cobro de peaje de Japón demandó una preparación de magnitud significativa para su implementación a fin de asegurar que el sistema podría funcionar en todo el país.
Otra cuestión a considerar es la simplicidad de su actualización. Al realizar una integración de sistemas demasiado rígida dentro de un sistema integral puede resultar dificil una posterior actualización modular de los servicios. También podría dificultar el mantenimiento del sistema. Un claro enfoque modular es muy importante.
Integración de Sistemas existentes: Esto es posible cuando los sistemas existentes tienen algunos componentes comunes en lo que se refiere a los formatos de los datos o los requerimientos de hardware. Por ejemplo, Italia ha logrado expandir su sistema de cobro electrónico de peaje (ETC) de esta forma, integrando y ampliando los sistemas existentes en un sistema sin fisuras (Ver Pasos de Análisis).
A fin de que la integración de los sistemas sea exitosa debe haber una cantidad significativa de componentes comunes entre los distintos sistemas. Una manera de asegurar esto es la estandarización de las interfaces o depender en gran medida en las normas existentes de modo que haya menos problemas relativos a la interoperabilidad. Por ejemplo, algunos sistemas ITS utilizan el protocolo de comunicación TCP / IP. Esto, a la larga, permitiría potenciar la interacción de otras aplicaciones TCP / IP con el sistema ITS.
Los estándares de comunicación son el área más obvia de la normalización. Otras áreas podrían incluir la normalización de los formatos de mapas digitales, formatos de datos de información de tránsito, etcétera.
Obviamente, existen varios niveles de normalización. Lo que se quiera estandarizar dependerá en gran medida de qué tipo de servicios se quiera integrar ahora y en el futuro (Ver Estándares ITS).
Normas existentes vs. nuevas normas: A veces puede resultar que los formatos de datos o protocolos de comunicación existentes no sean suficientes. Sin embargo la creación de un protocolo genérico y normalizado o de un formato de intercambio de datos no es una tarea trivial, especialmente para aplicaciones de operación de una red de carreteras que a menudo son de misión crítica. Por ejemplo, mediante la integración de varios servicios en un único protocolo de comunicación, el sistema tendría un único punto de posible falla. El protocolo tiene que ser extremadamente robusto, y la prueba que es necesario realizar a fin de garantizar esa robustez puede llegar a ser difícil a medida que la complejidad e importancia del módulo se incrementa. En algunos casos, tiene sentido sacrificar el nivel del servicio con el fin de lograr la integración utilizando una norma existente y ya probada en lugar de intentar crear una óptima.
Obviamente, muchas de las cuestiones relativas a la integración no son puramente técnicas sino más bien institucionales. La negociación entre los diferentes actores, la división del trabajo entre el sector privado y el sector público y temas relativos a la aceptación pasan a tener gran importancia en el proceso de toma de decisiones de un operador.
Planificar con anticipación: lograr la integración en una segunda instancia puede llegar a ser extremadamente difícil. Una vez que un sistema está operativo su sustitución puede generar una gran resistencia financiera y política. Si existe alguna posibilidad de integración de varios servicios en el futuro, ello debe ser incluido entre las diversas consideraciones iniciales, si resulta posible (Ver Planificación Estratégica).
Además, se requiere una significativa cantidad de tiempo para realizar diversos esfuerzos a fin de reunir a los actores y llegar a un acuerdo. Los operadores de las redes de carreteras necesitan considerar el tiempo necesario para el proceso de negociación (Ver Trabajo Entre Agencias).
Beneficios a corto y largo plazo: Un sistema integrado supone la dificultad para optimizar en el corto plazo una sola aplicación o servicio. Protocolos comunes y estandarizados pueden no ser la solución óptima para ese servicio en particular. Por ejemplo, si sólo se trata de un sistema de cobro electrónico de peaje (ETC) para un único tramo de autopista de peaje puede no tener sentido considerar un sistema común a nivel nacional, puede requerir un sistema más complejo. Debería evidenciar beneficios en el largo plazo, pero ¿qué tan lejos en el futuro podrá diferir un tramo de otro? y en el corto plazo sería más fácil y más económico implementar un sistema de cobro electrónico de peaje (ETC) de serie.
El horizonte de planificación será diferente para cada operador de las redes de carreteras. Sin embargo debería tenerse en cuenta que la decisión de integrar o no su sistema también se vería afectada por ese horizonte.
Una definición práctica de interoperabilidad, cuando se aplica a los sistemas ITS es:
La capacidad de los sistemas basados en ITS de proporcionar servicios (de datos, de información y de comandos de control) a otros sistemas y aceptar los servicios de esos otros sistemas, a fin de que los sistemas interconectados operen juntos de manera eficaz. Los sistemas son interoperables cuando los servicios ITS se proporcionan sin problemas en tiempo real, incluso entre diferentes organizaciones y / o en diferentes lugares.
La interoperabilidad de los ITS es particularmente importante para la operación de las redes de carreteras integradas y tiene relevancia tanto para el usuario de la carretera como para el operador de la red de carreteras.
Para que un servicio sea interoperable, deben ser abordados tres niveles de interoperabilidad :
¿Dónde es necesaria la interoperabilidad?
La interoperabilidad se convierte en un problema si un sistema está compuesto tanto por subsistemas fijos como móviles. Por ejemplo, unidades embarcadas en vehículos que viajan a través de límites fronterizos deben ser capaces de comunicarse con equipos instalados en la carretera en diferentes ubicaciones geográficas.
Las áreas prioritarias para la interoperabilidad son:
Gestión y Control de Tránsito: la gestión del tránsito fronterizo requiere el intercambio de información entre los operadores de la red y procedimientos armonizados para la gestión de la red, por ejemplo: ¿dónde quieren los operadores de redes de carreteras adyacentes concentrar el flujo de tránsito? (Ver Comunicaciones de Datos).
Información de tránsito y al viajero: con el fin de evitar brindar información contradictoria a los conductores deben armonizarse los datos procedentes de muchas fuentes diferentes (sensores de tránsito instalados en las carreteras, datos de la policía de tránsito, llamadas de los usuarios, centros de gestión del tránsito) que se difunden a los usuarios a través de diferentes sistemas (carteles de mensajes variables (VMS) instalados en la carretera, radio, Internet, equipamiento de navegación embarcado en vehículos). Por ejemplo: debe haber medios convenientes disponibles para que los conductores puedan recibir actualizaciones de información del estado del tránsito y de viaje, con el fin de garantizar la prestación ininterrumpida a través de las fronteras de los servicios de Información de Tránsito y Viajes (TTI) y la consistencia de los datos e información facilitada a los usuarios (Ver Intercambio de Información).
Cobro electrónico (EFC): los medios de pago electrónico para viajes atravesando fronteras requiere de unidades embarcadas (OBUs) que sean capaces de comunicarse con transpondedores o antenas instaladas a los lados de la carretera, en las estaciones de peaje o en sitios de control, y requiere acuerdos entre los operadores de peaje sobre los procedimientos de compensación y las cuestiones de seguridad (Ver Back Office y Fiscalización).
Atención de incidentes y emergencias: en caso de emergencias, los viajeros deben ser capaces de llamar a los servicios con su propio equipo (teléfono celular, sistemas de emergencia embarcados) sin importar el país por donde estén viajando, y los servicios de atención de emergencias deben ser capaces de encontrar la información relevante acerca del vehículo, las personas y las mercancías transportadas sin importar el origen del vehículo. Los sistemas de llamada de emergencia automática están diseñados para notificar incidentes y accidentes que se producen, directamente a un centro de control específico, tal como el emergente sistema de correo de llamadas de Europa (See Servicios al Conductor).
Control de cruces fronterizos: en un contexto de mejora de la seguridad vial es importante asegurar que el control de las violaciones de tránsito se pueda aplicar con eficacia y equidad a todos los usuarios de la carretera (See Sistemas de Fiscalización y Políticas / Fiscalización). El aumento del tránsito inter-regional e internacional exige soluciones de control fronterizo que sean interoperables y se adhieran al siguiente principio dondequiera que sea posible:
"... Todas las acciones de la cadena de control, hasta la aplicación misma de una penalización cualquiera, deben ser realizadas por los organismos competentes de la Región / Estado donde se cometió la infracción. La aplicación de cualquier sanción debe ser llevada a cabo por el Estado / Región donde se encuentre registrado el vehículo".
Las soluciones de control fronterizo deben abordar:
Las desventajas asociadas a la interoperabilidad son:
Los beneficios de la interoperabilidad son:
Un problema particular para todos los sistemas interoperables es qué hacer con los usuarios que no cuentan con el equipamiento requerido, específicamente aquellos vehículos que deben utilizar un servicio pero no transportan el adecuado equipo interoperable. En algunas regiones, como en la Unión Europea (EU), el operador de la red de carreteras está obligado a garantizar la no discriminación de los usuarios extranjeros y debe ofrecer soluciones para asegurar que el usuario recibo el mismo servicio a través de un procedimiento manual.
La interoperabilidad y estandarización son muy importantes para garantizar la funcionalidad a nivel nacional, o incluso más allá de las fronteras de un país, de la operaciones de las redes de carreteras y el uso efectivo de los ITS. Hay tres capas institucionales involucradas:
Capa a nivel gubernamental e intergubernamental: esta abarca la armonización de las normas de tránsito y en particular los requerimientos técnicos de los vehículos y equipos embarcados a partir de la convención de Viena sobre vehículos de carretera, las regulaciones de la OCDE y las directivas de la Unión Europea (EU), incluida la armonización de la educación de los conductores con respecto a la interfaz hombre-máquina (HMI).
Normalización: la clave para la interoperabilidad es la estandarización. Sólo cuando las interfaces están estandarizados los diferentes subsistemas pueden interactuar a fin de llevar adelante una función particular. Las normas deben incluir procedimientos de prueba para que el equipo pueda ser certificado por los operadores para el uso interoperable (Ver Estándares ITS).
Los siguientes organismos de normalización son de particular importancia para los operadores de redes de carreteras:
Acuerdos comerciales: los fabricantes de vehículos y la industria de la electrónica han estado trabajando juntos durante mucho tiempo en el desarrollo de sistemas interoperables. Sin embargo, hay casos de negocios donde existe un gran interés comercial por evitar que la competencia entre en un sistema establecido.
A medida que los países experimentan una mayor actividad económica y comercial, un crecimiento en la venta de vehículos y aumentan las expectativas de movilidad personal, ésto tiene como consecuencia que, con el paso del tiempo, en algunos tramos de la red de carreteras se producen congestiones de tránsito. A menudo, la congestión es predecible y ocurre regularmente.
Una de las principales tareas de la Operación de la Red de Carreteras es hacer frente a estas situaciones de congestión y tomar medidas que permitan mitigar sus peores efectos (Ver Actividades operación).
Los métodos operativos que posibilitan la gestión de las congestiones incluyen un eficaz trabajo conjunto de los organismos involucrados de vital importancia y el rol que desempeñan los Centros de Control de Tránsito (CCT) (Ver Centros de Control del Tránsito).
Una congestión recurrente se define como la congestión que se produce de manera frecuente y regular debido a que la demanda de tránsito es superior a la capacidad de la carretera. Una simple ley de la física (del tránsito) es que cuando la demanda de tránsito se aproxima a la capacidad de la carretera, la calidad del servicio disminuye rápidamente hasta el punto donde la demanda supera la capacidad y el flujo de tránsito se desmorona por completo. Al conjunto de procesos, herramientas y prácticas utilizadas para mitigar la congestión resultante a menudo se lo denomina como la gestión de la congestión; a saber, la gestión de la situación de manera tal de evitar o minimizar los impactos negativos de la congestión.
Una serie de medidas de uso común se describen a continuación. Ellas se dividen en tres categorías:
El propósito de esta medida es adaptar el funcionamiento de las señales de tránsito para que coincida con los flujos de tránsito o imponer una política de regulación específica, como la prioridad de paso para el autobús. Esto puede ser usado en una intersección determinada:
El procedimiento consiste en:
Los planes de señalización pueden activarse de varias maneras:
El sistema de control de semáforos también debe tener en cuenta todos los tipos de usuarios, en particular a los peatones, los vehículos de dos ruedas y el transporte público.
Esta acción exige:
La mayoría de las grandes ciudades del mundo actualmente están equipados con sistemas de control de semáforos. ITS tiene que ver con sistemas que se adaptan a las mediciones y situaciones de tránsito real, ya sea a través de la selección en línea de planes de control predeterminados o mediante el cálculo en línea de planes de control hechos a medida (y la combinación de estos dos).
En este caso el propósito es adaptar la utilización de los carriles disponibles a las circunstancias. Esto a menudo implica el manejo de embotellamientos recurrentes en un tramo de carretera resultante de la insuficiente capacidad del tramo o embotellamientos cuando uno o más carriles no están disponibles. Por tanto, esta medida abarca los siguientes campos de aplicación:
Algunos ejemplos de usos específicos incluyen:
La introducción de una medida de este tipo requiere de recursos tales como controles automatizados para verificar la consistencia de las instrucciones proporcionadas por diversas señales de asignación de carriles, una barrera modular o señalización temporal (conos o balizas).
Independientemente del método utilizado, la operación puede ser engorrosa y compleja. Cualquier sistema de control debe ser mantenido en condiciones de seguridad. Por ejemplo:
La gestión dinámica de carriles (DLM) permite la asignación de carriles que ha de ser modificada de forma temporal por medio de paneles de orientación del tránsito, señales luminosas permanentes, señales de múltiples caras (DMS), marcadores de LED de la carretera y la instalación cenital de paneles de mensajes variables (VMS) para señalizar el cierre de carriles y la dirección de circulación de carriles.
Las aplicaciones fundamentales de este servicio son: para sistemas de flujo de las mareas, la asignación de carriles en intersecciones, la asignación de carriles en túneles, circulación por el arcén (banquina) (Ver Gestión del Tránsito en Autopistas).
Estos sistemas se ponen en funcionamiento en forma diaria durante los períodos de tránsito punta en los tramos donde se producen congestiones recurrentes, existiendo capacidad disponible en la dirección opuesta (un carril mínimo). A veces en la práctica esto significa el uso de equipamiento especial para mover la barrera central de hormigón de seguridad, aunque algunos sistemas de flujo de mareas simplemente utilizan sistemas de señalización tales como señales de asignación de carriles variables instalados en pórticos. Por razones prácticas el cambio de sentido de circulación de un carril generalmente se hace sobre una base de tiempo fijo (cada día en determinado horario), aunque varias ciudades de los Estados Unidos han puesto en práctica un concepto conocido como "carriles administrados", que permite una reversibilidad más dinámica del sentido de circulación de los carriles.
Por lo que se refiere a ITS, la reversibilidad dinámica del sentido de circulación de los carriles puede hacerse con sistemas que utilizan pórticos. La inversión del sentido de circulación de un carril debe estar siempre sujeta a la validación del operador. La implementación del sistema de flujo de las mareas en forma remota por el operador puede ser facilitada con el uso de cámaras de video (en primer lugar, cerrar el carril; esperar a que ningún coche permanezca en el carril; luego abrirlo en la dirección opuesta).
El propósito de esta medida es aumentar la capacidad de una ruta principal y mejorar la seguridad de circulación. Por lo general, se aplica en el caso de embotellamientos recurrentes en una autopista o autovía que experimenta un flujo de tránsito del tipo arranque/detención con detenciones repentinas que causan accidentes. Esta acción funciona mediante la imposición o recomendación de una velocidad de circulación:
Los sistemas de control de velocidad han sido más populares en Europa que en los EE.UU. o Japón, y el mayor beneficio se relaciona con dar mas fluidez al tránsito, con un mejor rendimiento y una tasa reducida de accidentes. Las velocidades indicadas (generalmente obligatorias) están dirigidas a reducir la disparidad de velocidades individuales en situaciones en que no existan congestiones y proteger el final de colas cuando se produce una congestión. Los beneficios de los sistemas de control de velocidad incluyen: suave flujo del tránsito aumentando levemente la capacidad, lo que hace que se posponga el momento en que se produce la interrupción del tránsito, y reducción del número de accidentes, especialmente los accidentes por alcance. Estos beneficios se obtienen a través de una reducción efectiva de las velocidades observadas, pero también a través de un aumento de la atención del conductor.
Esta medida requiere:
El monitoreo del tránsito es indispensable: la operación está totalmente automatizada pero un operador debe ser capaz de recuperar el control en cualquier momento si se produce un evento inesperado en la red (por ejemplo, un accidente o deterioro repentino de las condiciones meteorológicas). Esta medida se aplica esencialmente a las carreteras de circunvalación urbana, donde la alta proporción de usuarios frecuentes facilita la conformidad del usuario con la operación y la corta longitud de carretera controlada (por lo general unos 10 kilómetros) promueve la adhesión al control de límites de velocidad.
Más allá de la gestión de períodos de embotellamiento recurrentes, la regulación de la velocidad es una herramienta que puede ser utilizada para la disminución gradual de la velocidad de los vehículos que entran gradualmente al área de un incidente o accidente.
En algunos sistemas (por ejemplo: en la autopista alrededor de Londres y Birmingham en el Reino Unido) la pantalla indicadora de velocidad de circulación límite está acoplada con un sistema automatizado para el control de infracciones (que incluye cámaras de video para la grabación de los números de placas) que emite citaciones a los conductores que circulan a una velocidad que excede un umbral predeterminado por sobre el límite de velocidad.
(Ver Gestión de la Velocidad)
Aunque es diferente de los métodos anteriores, el control de los vehículos comerciales, especialmente los vehículos de carga, puede ser una parte importante del control de tránsito. Típicamente un sistema de control de carga utilizará GPS y un sistema de teléfonía móvil para gestionar la ubicación exacta de un vehículo y su carga en cualquier momento. Mediante la ampliación de este sistema se puede orientar el transporte de carga a una carretera menos congestionada y de esa forma ayudar a controlar el tránsito (Ver Operaciones y Gestión de Flotas).
La dificultad para conducir camiones y vehículos pesados en la nieve puede derivar en la congestión del tránsito en toda la red. Una solución a esta situación puede ser la organización de los vehículos pesados en convoyes. Este tipo de acción requiere:
La gestión de incidentes se define como la aplicación de un conjunto sistemático, planificado y coordinado de acciones y recursos que respondan a prevenir accidentes en situaciones potencialmente peligrosas así como para manejar incidentes en forma segura y rápida. Ésto se hace a través de un ciclo de varias fases: desde la detección del incidente al restablecimiento de las condiciones normales de circulación, incluyendo la notificación inmediata y anticipada de advertencias acerca de posibles peligros o problemas con el fin de evitar accidentes. La advertencia y gestión de incidentes tienen dos objetivos principales:
(Ver Incidentes de Tránsito)
Esta medida consiste en distribuir el flujo de tránsito en el tiempo y el espacio durante los períodos de tránsito intenso, como los fines de semana largos o eventos nacionales especiales en los que se producen grandes caudales de tránsito en una ruta principal específica o en un área en particular. El principio se basa en la difusión de información:
Estas operaciones requieren:
Los documentos distribuidos deben estar actualizados y en ocasiones traducidos a varios idiomas. Resulta difícil evaluar:
(Ver Eventos Planeados)
Esta acción, que hace uso de paneles de mensajes variables, utiliza tres enfoques diferentes:
La mayoría de los sistemas son operados manualmente por un operador que es asistido por las salidas de computadoras tales como tiempos de viaje en las rutas alternativas, o simplemente por otros datos del campo (tales como imágenes de vídeo) o mediante estrategias y planes de gestión del tránsito predeterminados, diseñados off- línea para un número dado de situaciones. Estos sistemas generalmente no pueden administrar situaciones complejas, tales como incidentes en una intrincada red de autopistas, situaciones de múltiples incidentes, etc. y son a menudo incapaces de actualizar la estrategia una vez que se implementó la inicial. Generalmente no incluyen pronósticos de la demanda y del impacto de la estrategia en ejecución, por lo que están lejos de producir una estrategia "óptima", e incluso pueden producir peores situaciones que una estrategia de "no hacer nada" (debido al riesgo de crear un exceso de desvío colectivo).
Algunos sistemas más avanzados, tales como el MOLA (Reino Unido) o el VISUM-on line (Alemania), son capaces de simular el impacto de un conjunto de posibles estrategias diseñadas fuera de línea con el fin de ayudar al operador a escoger la mejor opción.
Un sistema, el OPERA (Francia), es capaz de generar automáticamente la estrategia de guiado basada en pronósticos y en un sistema experto en tiempo real, realizando ajustes ella misma en función de los patrones de tránsito del momento y sus previsiones.
Merece ser citado otro sistema de "guiado colectivo en una ruta", en el sentido de que induce cambios en la elección de la ruta por parte de los usuarios: la variación de las tarifas de peaje en autopistas interurbanas alternativas en Francia durante las horas punta con el fin de lograr una mejor distribución del tránsito.
En este caso se guía individualmente a cada usuario en cada punto de elección de la ruta por medio de navegación satelital adaptada por un equipamiento embarcado en el vehículo que recibe datos dinámicos de tránsito. La ruta óptima se puede calcular a bordo a partir de los datos recibidos (en general, tiempos de viaje) utilizando un radioenlace unidireccional o calculado en forma centralizada y descargado en el equipo utilizando un enlace bidireccional de corto alcance (Ver Sistemas Vehiculares de Abordo ).
El propósito de este enfoque es eliminar temporalmente de una carretera todo el tránsito, o el perteneciente a una sola categoría de vehículos, que transita en uno o ambos sentido de circulación. La medida se utiliza después de un evento existente, previsto o anticipado que hace que sea imposible o especialmente riesgoso circular en el tramo de la carretera en cuestión. Utilizando una barrera física se impide el acceso a la sección cerrada y, en la mayoría de los casos, el tránsito es reorientado. Dependiendo de las circunstancias, el cierre y el desvío pueden ser:
En el caso de un cierre preparado, la ejecución comprende varias etapas:
El cierre de una carretera es una operación importante que moviliza muchos recursos: fuerzas policiales, señalización temporal, comunicaciones, centro de control o al menos una estructura de gestión. Esta medida impone severas restricciones a los usuarios y los servicios de viaje y puede ocasionar dificultades para algunas categorías de vehículos en base a las limitaciones de circulación en la ruta alternativa. Cabe señalar lo siguiente:
Las rutas de desvío deben ser incluidos en la gestión estratégica global de la red de carreteras utilizando mismas carreteras o autopistas para el tránsito de larga distancia o carreteras locales para el tránsito de corta distancia.
Debe hacerse una clara distinción entre "cierre de un acceso" y "acceso regulado":
El cierre de un acceso consiste en cerrar uno o más puntos de acceso a una autopista de calzadas divididas en la que se ha producido un bloqueo del flujo de tránsito o el cierre como consecuencia, por ejemplo, de un accidente, garantizando al mismo tiempo que las carreteras alternativas permitirán a los usuarios completar sus viajes. El objetivo es mantener el tránsito en la carretera por debajo de un umbral establecido de forma de mantener un suave flujo.
La medida puede resultar eficaz durante el periodo de tránsito punta del fin de semana o de intenso tránsito en autopistas interconectadas o cuando la capacidad de una carretera cae a un nivel por debajo de la demanda como consecuencia de acontecimientos fortuitos.Su implementación implica los siguientes puntos clave:
Una campaña anticipada de información sobre posibles cierres y la señalización adecuada del lugar puede influir fuertemente en la aceptación de la operación por parte del usuario, y el consecuente logro del objetivo en el caso de operaciones planificadas y previsibles. Esta medida puede ocasionar algunos inconvenientes:
Por razones de credibilidad y para evitar el desplazamiento del tránsito de un punto de acceso al siguiente, puede ser necesario tener que cerrar simultaneamente varios puntos de acceso consecutivos.
El propósito de este enfoque es el de mantener un flujo suave en un tramo o punto de convergencia de una carretera importante que esté sujeto a embotellamientos recurrentes, mediante la regulación del ingreso de tránsito a través de una rampa de acceso. El objetivo es optimizar el flujo en la carretera principal. Este tipo de operación se utiliza esencialmente en las autopistas urbanas, pero el principio se puede adaptar para su aplicación en las autopistas interurbanas durante los períodos de tránsito intenso.
Resulta indispensable una campaña de información y un seguimiento técnico muy preciso para la aceptación de los usuarios y la credibilidad de los dispositivos. Esta medida plantea ciertas restricciones:
La regulación de acceso es muy común en los Estados Unidos y está creciendo en Europa. También hay unos pocos tipos de regulación estática; en la carretera de circunvalación de París, por ejemplo, el ancho de algunos carriles de acceso se ha reducido por pequeñas balizas.
Cuando los problemas de tránsito surgen en una de dos rutas paralelas convergentes (mismo origen, mismo destino, tiempos de viaje similares), en algún momento puede ser efectivo dirigir todo el tránsito hacia la ruta con mejores condiciones del tránsito en ese momento específico. El principio consiste en dirigir el tránsito hacia un destino específico a la ruta con mejores condiciones de tránsito.
Las condiciones del tránsito deben ser monitoreadas en ambas en rutas (tránsito, construcción y eventos locales) y deben ser cumplidas las pautas establecidas.
La implementación se basa en:
El potencial de uso de esta medida es muy limitado ya son muy poco frecuentes las rutas paralelas verdaderamente convergentes. Su impacto se limita al tránsito pasante ya que los usuarios locales rara vez atienden la señalización de guiado; por tanto la efectividad de esta medida depende de la mezcla de tránsito (pasante / local).
El propósito de este enfoque es evitar el bloqueo de un tramo o área de la carretera que es difícil de gestionar o plantea un peligro si se produce una cola de tránsito. Se limita el tránsito que ingresa en la sección con problemas. Esta medida generalmente se utiliza en los siguientes casos:
Normalmente la operación se lleva a cabo bajo un plan de gestión del tránsito (coordinado entre los socios) y en todos los casos bajo el control operacional de una estructura de coordinación. El tránsito se visualiza en una ubicación adecuada (por lo general una cabina de peaje o cruce de carreteras pero ocasionalmente en el medio de una carretera equipada con señales de control de flujo de tránsito) y ajustada en función de las condiciones del tránsito en la zona a proteger (Ver Planes de Gestión del Tránsito).
Se realizan esfuerzos especiales para informar a los usuarios en el sitio mismo y ampliamente río arriba. La zona de retención de los vehículos debe tener una capacidad adecuada, seguridad y confort. Se debe marcar la cola de la congestión de tránsito. Siempre se deben realizar las previsiones para los vehículos de atención de emergencias.
En algunos casos este tipo de medida sólo puede aplicarse a categorías seleccionados de vehículos. Enfrentados a grandes problemas los operadores pueden organizar varios niveles de control, que se implementan en cascada a medida de una zona de retención se aproxima a su plena capacidad. Pueden aparecer algunos inconvenientes o limitaciones:
Este procedimiento retira los vehículos pesados de un área problemática (tramos de la carretera cubiertos de nieve, con pendientes pronunciadas o zonas de fuiertes vientos, por ejemplo) reteniéndolos temporalmente en áreas específicas previstas para este fin. Esta medida puede:
La medida se lleva a cabo en las siguientes etapas:
Esta operación se asocia a menudo con acciones para ensamblar camiones en convoyes. Algunos problemas que pueden surgir incluyen:
Es importante el envío de mensajes explicativos a las asociaciones que representan a los conductores profesionales a través de los medios de comunicación con suficiente anticipación y reiteradamente (por ejemplo: anualmente al comienzo del invierno).
El propósito de este enfoque es promover la previsión de los cambios de sentido de circulación y evitar dudas, velocidades de circulación excesivamente bajas y maniobras de emergencia que provocan el frenado y la inseguridad, al hacer que la señalización de tránsito sea visible, legible, continua, coherente y comprensible por todos. La ocurrencia de frenadas frecuentes y la congestión del tránsito en una intersección o en la divergencia o convergencia de carreteras, no siempre se pueden atribuir a una capacidad insuficiente de la carretera sino que pueden ser el resultado de una inadecuada señalización de guiado. Dar claridad a la señalización se lleva a cabo en varias etapas:
Mientras que el operador de una red de carreteras está de hecho calificado para verificar que la señalización cumple con las normas que rigen su utilización e instalación, no es así para comprender las causas de la conducta de los conductores; es importante que esta parte del análisis descanse en personas que no tienen conocimiento de la zona local u ocupaciones relacionadas con el tránsito.
El propósito de este enfoque es mejorar la organización del tránsito mediante la modificación o penalización del incumplimiento en forma temporal o permanente de las normas de tránsito. Esta medida se ocupa del frenado o los atascos de tránsito atribuibles a la mala organización del tránsito, como aparcamiento intrusivo, maniobras perturbadoras, mezcla de tráfico inconsistente, eventos semanales. Esta medida se implementa a través de las siguientes acciones:
En algunos casos el cumplimiento y la eficacia de las medidas reguladoras sólo puede lograrse si se acompaña con un nivel mínimo de cambios en la infraestructura (tales como la provisión de áreas de aparcamiento, barreras físicas, nuevas carreteras de acceso o carriles de giro a la izquierda).
Muchos atascos de tránsito y circulación lenta están vinculados a un déficit temporario de la capacidad (intersección bloqueada por el tránsito de regreso al final de un fin de semana, por ejemplo). El propósito de esta medida es restablecer la capacidad de un tramo al mismo nivel que en el resto de la carretera llevando a cabo mejoras temporarias de bajo costo a la geometría de la carretera para hacer frente a los flujos de tránsito de puntA o resolver problemas crónicos. Los sitios afectados son por lo general las intersecciones y las medidas correctivas incluyen:
Esta operación incluye los siguientes pasos:
Debe monitorearse el flujo de tránsito todo a lo largo de la carretera (un cuello de botella puede ocultar otro) y debe mantenerse la seguridad (evitar fomentar altas velocidades).
Más allá de las limitadas mejoras aquí expuestas, en algunas ocasiones pueden ser considerados cambios más extensos a la geometría de algunas intersecciones críticas (diseño de rotondas, intersecciones controladas por semáforos, instalación de pasos a alto nivel); éstos se extienden más allá del alcance real de la operación de una carretera y de su discusión aquí.
La implementación de procesos que permitan la evaluación de las operaciones de las redes de carreteras ayuda en gran medida a la tarea de mejorar y mantener el rendimiento de la red de carreteras en beneficio de los usuarios. Junto con una mentalidad que da prioridad a la satisfacción del cliente va la necesidad de establecer mediciones de rendimiento que se centren en los resultados que tienen un impacto directo en el usuario de la carretera (a diferencia de las salidas) y el seguimiento del desempeño comparado con las mencionadas mediciones de rendimiento. La evaluación del rendimiento de la red de carreteras se puede utilizar para mejorar la eficacia de las operaciones de red, tanto a corto como a largo plazo.
La gestión del rendimiento es una actividad continua. El uso de métodos de medición del rendimiento (a menudo basados en ITS) ayudará a establecer metas acordadas de rendimiento de la red de carreteras. Por lo tanto, las mediciones de rendimiento juegan un papel importante en la asignación y definición de prioridades de los recursos y proporcionan la información que ayudará a los operadores de la red de carreteras a confirmar o cambiar las políticas de operación o las prioridades de inversión a fin de cumplir con dichos objetivos. Por último, las mediciones de rendimiento tienen un papel esencial en la presentación de informes acerca del éxito en el cumplimiento de las metas (Ver Medidas de Performance).
La mayor parte de los factores que son muy importantes para los usuarios de la carretera y la sociedad también serán prioritarios para los operadores de las redes de carreteras. Sin embargo, se debe reconocer que los usuarios de carretera pueden tener percepciones bastante diferentes de los niveles de servicio en comparación con el operador de carretera. Por ejemplo, un usuario de la carretera observará el retraso debido a una congestión y percibirá una mala calidad de servicio, mientras que el operador de la red, observando la misma situación, puede destacar el muy alto rendimiento de la red y la forma en que se ha maximizado su capacidad.
Las autoridades de tránsito y los operadores de redes de carreteras estarán familiarizados con la evaluación de proyectos individuales, pero aquí tenemos en cuenta la evaluación de toda la red y su rendimiento general en relación con los criterios de servicio. Los métodos de evaluación de desempeño tienen que ser confiables y creíbles a la vez, y deben servir como medio para cambiar la forma en que se hacen las cosas. Por tanto es ventajoso establecer indicadores de desempeño específicos y aplicar métodos de análisis de costos y beneficios, así como planes de calidad estructurados y cuantificados (Ver Valuación de Proyectos).
Es útil considerar el rendimiento operativo de una red de carreteras a partir de la perspectiva de tres diferentes partes interesadas:
Debe tenerse en cuenta que los dos primeros grupos de interés equivalen al concepto de "afuera hacia adentro", que tiene como objetivo analizar lo que desea y necesita el cliente de la red de transporte. El tercer grupo de interés equivale al enfoque "de adentro hacia afuera" y considera las necesidades del operador y su personal. (Ver "Two Views" en Necesidades del Usuario Vial)
Los usuarios de la carretera considerarán la calidad de las carreteras dependiendo de una serie de factores relacionados con lo fácil, segura y conveniente que es la utilización de la red. Cabe señalar que algunos de estos factores serán contrapuestos a los que resultan importantes por quienes viven y trabajan cerca de las carreteras y también pueden ser contrapuestos a los deseos y aspiraciones de las administraciones de las carreteras. Los indicadores generales aplicables a todos los usuarios de la carretera incluyen los siguientes factores:
Estos factores exigen un enfoque de medición coherente de modo que las estadísticas puedan ser comparables a lo largo del tiempo. Por ejemplo, será necesario definir cómo han de calcularse las demoras para cada carretera o categoría de carreteras, y posiblemente también para diferentes categorías de usuarios, y luego las mediciones necesarias para demostrar estadísticamente el nivel de demoras.
Factores adicionales que sólo son relevantes para los conductores, como usuarios de la carretera, incluyen las señales de tránsito, suministro de información, prestación y operación de los servicios de rescate y en particular la velocidad de respuesta a incidentes. En los países en desarrollo es relevante, asimismo, el nivel de desgaste del vehículo.
Estos factores se pueden medir por elementos tales como la limpieza y la reparación de daños así como factores asociados a la continuidad de la señalización. Una vez más: será necesario evaluar cómo se han de medir estos factores y qué indicadores son relevantes. Para algunos de estos factores puede haber mediciones aproximadas, tales como el número de veces que los carteles de señalización se limpian o se verifica su ocultamiento por la vegetación. La detección de incidentes y la velocidad de respuesta a incidentes es un factor muy importante en el funcionamiento de las carreteras que debería considerarse y, una vez más: será necesario considerar de que forma estos efectos pueden ser medidos del modo más eficaz (Ver Medidas de Performance).
Hay una serie de factores que sólo son relevantes para los pasajeros de transporte público. Éstos incluyen:
Además, cuando se está evaluando el sistema de transporte total será importante incluir la calidad del servicio que se ofrece en el área de transporte público. Esto incluirá factores tales como:
Las mediciones en esta área también harán referencia a la precisión de la información, su disponibilidad y tipo de medio.
(Ver Operaciones del Transporte de Pasajeros)
Los factores que son relevantes sólo para los usuarios de transporte de carga incluyen:
También, hay que recordar que ciertos factores no están relacionados con los viajeros, pero afectan a los que viven y trabajan cerca de las carreteras, tales como:
Algunos de estos factores se pueden medir directamente, pero muchos de ellos son de naturaleza subjetiva y sólo se puede evaluar cualitativamente. La facilidad de utilización de la red de carreteras también debe ser considerada. Esta incluyen factores tales como:
El usuario de la carretera no es el único sector de la sociedad afectada por la calidad de las carreteras. La sociedad en su conjunto tiene un interés en tales asuntos. En esta área, hay un número de factores de la red que afectan a la sociedad como un todo. Éstos incluyen:
Puede ser necesario medir estos efectos para diferentes clases de carretera y posiblemente para diferentes clases de vehículos. Los efectos sobre los peatones y otros usuarios de la carretera deben ser especialmente considerados aquí. Una vez más, los factores a menudo están interrelacionados. Un aumento, real o percibido, de los peligros en la carretera puede disminuir el nivel de actividad pedestre y contribuyendo en consecuencia al aislamiento de algunas comunidades y la reducción de su movilidad. Es importante tener en cuenta cómo estos factores se pueden medir mejor y en particular garantizar que las mediciones seleccionadas se pueden repetir en el tiempo y que reflejan realmente los cambios en la calidad de la red de carreteras y no otros factores externos.
Las encuestas de calidad percibida pueden ser muy importantes en esta área. Ellas estarán orientadas a cubrir los efectos en los usuarios y en la sociedad y pueden mostrar cómo se percibe que el operador ha abordado, o fracasado en el abordaje, de la situación del transporte. Debe tenerse en cuenta que esto podría indicar una divergencia entre el rendimiento percibido y el real, lo que podría ser consecuencia del fracaso de las relaciones públicas más que de un fracaso directamente de las operaciones.
Cabe señalar que estos factores también afectan a las personas que viven y trabajan cerca de los caminos. La medición de muchos de los factores en esta área puede requerir el uso de factores indirectos y puede ser difícil separarlos de factores externos, como las condiciones climáticas. Será importante garantizar que cualquier medición seleccionada refleja de forma exacta las condiciones de la carretera y no simplemente otras condiciones externas.
Estos criterios incluyen, sin ningún orden en particular:
Estos factores deben ser añadidos a aquellos requeridos para evaluar las exigencias de los usuarios, a fin de realizar una evaluación de conjunto del rendimiento de la operación de la red.
El principal uso que los operadores de redes de carreteras hacen de los indicadores de desempeño es proporcionar un circuito de realimentación que les permita tanto monitorear su rendimiento como también mejorar los servicios que prestan, de forma que sean beneficioso para sus "clientes", los usuarios de la carretera y la sociedad. Por lo tanto, el uso que hagan de los indicadores será diferente según el contexto local y puede requerir elementos adicionales para que el operador pueda realizar un buen uso de los indicadores.
Algunas de las principales razones para adoptar indicadores de rendimiento incluyen:
El objetivo de las operaciones de redes de carreteras es satisfacer las necesidades de los usuarios de la manera más rentable. Equilibrar los diferentes factores que son demandados por las diferentes categorías de usuarios no es necesariamente una tarea sencilla. Todos estos diferentes factores forman parte de cualquier evaluación de calidad del rendimiento de la red. Sin embargo, todas las categorías de usuarios tendrán algunos temas comunes que les conciernen, que incluirá (en ningún orden en particular) elementos relacionados con:
Se puede ver fácilmente que para la mayoría de estos criterios no existe una única medición que se pueda aplicar fácilmente para evaluar su calidad. Aunque, en algunos casos, es posible medir objetivamente el factor directamente, a menudo, ésto no es posible y es necesario recurrir a mediciones indirectas. Por lo tanto, será necesaria una mezcla tanto de medidas directas como indirectas a fin de evaluar la calidad de la operación total.
Las mediciones indirectas serán factores que están relacionados con la calidad que está siendo considerada pero que son más fáciles de identificar y medir, tales como:
Es particularmente importante que las mediciones reflejen las necesidades de todas las clases de usuarios, prestando especial atención a los grupos especiales de usuarios tales como el transporte público y los usuarios de transporte de mercancías, de forma tal que los resultados sean aplicables a todas ellas.
Debe notarse que estos factores excluyen deliberadamente cualquier mantenimiento del sistema y la infraestructura que no afecta directamente a los clientes. Los factores incluirán por lo tanto elementos tales como las actividades de mantenimiento de carreteras que ocasionan demoras en el tránsito, pero excluirá elementos tales como restante vida util de determinados activos ya que esto no tiene consecuencias inmediatas para los usuarios de la carretera (a pesar de que puede ser críticos para el desempeño de las actividades de administración de carreteras en lo que tiene que ver con el mantenimiento de sus activos).
Muchas de las mediciones utilizadas para evaluar la calidad de rendimiento para los usuarios será directamente relevante para los operadores de la red de carreteras. Sin embargo, adicionalmente tendrán que ser incluidos factores relacionadas con el mantenimiento de la red, tales como:
Es vital que las mediciones empleadas deben ser fáciles de realizar; debe ser fácil obtener información precisa y fiable; y es preferible utilizar datos que ya están disponibles antes que emplear recursos adicionales para recolectarlos. El principal objetivo es cuantificar la calidad del sistema de transporte e identificar aquellas áreas donde las mejoras son más necesarias a fin de llevar la calidad global a un nivel aceptable (Ver Evaluación de Proyectos).
Es importante reconocer que la medición de los factores anteriormente enumerados no es necesariamente una tarea sencilla en sí misma. Algunos son relativamente sencillos y pueden ser claramente especificados. Éstos incluirán factores como los tiempos de viaje y los índices de accidentes. Pero otros son mucho más subjetivos y necesitan ser cuidadosamente evaluados.
Se recomienda que estos factores sean agrupados en tres conjuntos, relacionados con los usuarios de la carretera, los efectos en la sociedad o la red (sobre todo aquellos factores que afectan a la sociedad en su conjunto y a aquellos que viven y trabajan en o cerca de la carretera) y de los propietarios u operadores de la red de carreteras. Cabe señalar que la seguridad es un indicador importante para todas las categorías, ya que esto afecta no sólo a los que utilizan directamente las carreteras sino a todo el mundo.
También es importante reconocer que hay tres tipos distintos de mediciones que deben ser realizadas. Estos se pueden resumir en:
Cada una de ellas tiene implicancias de calidad y precisión. Las mediciones directas en general son más precisas y confiables. El uso de indicadores requiere cierta evaluación subjetiva y es, por lo tanto, una medición menos precisa de un factor en particular. Por último, la evaluación subjetiva de los factores, aunque es muy importante en muchos casos, por su naturaleza no puede ser tan objetiva como las dos primeras medidas.
Es necesario que todos los indicadores de desempeño tengan una significativa interpretación y deben ser configurados con mucho cuidado. Por ejemplo, un indicador de rendimiento del servicio de autobuses puede ser el porcentaje de autobuses que llegan tarde a su destino. Una alternativa podría ser la cantidad total de minutos que todos los buses del servicio llegan tarde. A primera vista, estas mediciones son muy similares pero a pesar de ello podrían esconder diferencias muy significativas en el rendimiento; por ejemplo, si el servicio es realmente poco confiable y algunos servicios llegan muy tarde mientras que la mayoría llega a tiempo. Resulta, por lo tanto, muy importante seleccionar con mucho cuidado las mediciones a ser utilizadas como indicadores de desempeño, teniendo, debidamente en cuenta, los factores que son importantes para las distintas categorías de grupos de interés.
Al monitorear el rendimiento de una red de carreteras hay algunas situaciones especiales que requieren un tratamiento específico.
El efecto de un incidente en un túnel o en un puente importante puede ser mucho más grave que un incidente similar en otro lugar. Es, por ello, especialmente importante para los operadores de tránsito ser capaces de identificar riesgos potenciales y ocuparse de ellos rápidamente. Estas instalaciones suelen ser gestionadas de manera similar a otras partes de la red, pero con características específicas aplicables a estas áreas.
La gestión operativa adicional de estas instalaciones se puede resumir como:
En aquellas carreteras en las que se cobra peaje, la operación del sistema de peaje es un criterio importante, con factores tales como:
La integración de todos los modos de transporte que circulan dentro de una ciudad es con frecuencia un objetivo de los propietarios de la carretera. El éxito de las políticas diseñadas para manejar la totalidad de las redes puedan exigir una atención especial de un conjunto de factores relacionados con temas tales como:
La respuesta del operador ante una emergencia o un evento importante a menudo es un factor crítico en la percepción de los usuarios respecto de la calidad del servicio prestado. Es, por ello, importante que se implementen planes de atención de emergencias y se los actualice periódicamente. Éstos incluirán planes de respuesta a emergencias graves tales como importantes accidentes de tránsito que resultan en el cierre total de una tramo de la red por un período extendido y en importantes actividades de mantenimiento (Ver Planes de Emergencia). Para estos elementos, serán necesarios factores para evaluar el nivel de preparación para este tipo de eventos que incluyen:
El control del cumplimiento de las normas de tránsito puede ser un factor importante en la seguridad vial y en cuestiones operativas. (Ver Políticas / Fiscalización y Sistemas de Fiscalización) El nivel de control también puede tener algunos efectos negativos sobre el comportamiento de los usuarios. Para la operación de algunas autoridades pueden ser relevantes los siguientes factores:
Un concepto sencillo es que los operadores de la red de carreteras tengan en cuenta, en cada una de las mediciones, los efectos de sus operaciones a largo plazo. Ésto puede indicar dónde se pueden realizar con el tiempo mejoras muy significativas en la calidad de la red. Es necesario identificar aquellos factores que tienen un efecto continuo y los que son meramente transitorios y, luego, decidir si es adecuado dedicar recursos a los de efecto a largo plazo.
Las medidas de calidad deben demostrar la eficacia de este enfoque a través del tiempo. Por tanto, es importante que estas mediciones de calidad deben ser vistas como mediciones a largo plazo que deben ser repetidas, que puedan demostrar un desarrollo continuo de mejoras en los servicios durante un período de tiempo significativo (Ver Medidas de Performance).
El uso de estrategias de largo alcance para la explotación de los datos estadísticos reunidos es particularmente importante para los operadores privados de autopistas con pago de peaje que necesitan justificar el nivel de sus peajes ante los usuarios y para los operadores de servicios de transporte público y privado que deseen aumentar el patrocinio de sus servicios. Pero sigue siendo un concepto muy valioso para los operadores de las redes de carreteras del sector público y los proveedores de servicios de transporte público a quienes la sociedad puede considerar exigir la prestación de servicios "no rentables" por razones sociales y otras.